Las personas que tienen miedo a perder el amor y el contacto por lo general tuvieron padres distantes o no disponibles.
Estas personas tienen miedo de ser abandonadas otra vez y pueden ser del tipo que se queda colgado en relaciones de un modo adictivo demandando a su pareja que continuamente les demuestre su amor.
O pueden ser del tipo que no se involucra al completo en la relación, es como que mantiene un pie fuera de la puerta de casa, como forma de asegurarse de que no volverán a ser abandonados de nuevo.
En el otro extremo tenemos a las personas cuyos padres fueron demasiado cercanos, invasivos y controladores. Este tipo de personas tiene miedo de perderse a ellos mismos, de perder su espacio vital en el que se sienten íntegros como individuos.
Una manera común de invasión del espacio del niño es cuando el padre o la madre comete “incesto psicológico”.
Un ejemplo sencillo de muchos que os podría dar, es cuando la madre se siente insatisfecha con su marido y de forma inconsciente gira toda su atención en su hijo para rellenarse emocionalmente. O cuando el padre insatisfecho con su vida de manera inconsciente también intenta tener la atención de su hija solo para él.
Estos pactos invisibles entre padres e hijos tienen como resultado niños y niñas emocionalmente atados a sus padres. Es lo que conocemos como “La niña de papá”, o “el niño de mamá”.
Las personas que sufrieron de invasión tienen miedo de ser controladas emocionalmente por su pareja. Tiene pavor a ser “tragados”.
La mayoría de nosotros crecemos con estos dos miedos, ya que seguro que la relación con nuestros padres fue un tanto compleja: miedo a ser abandonados o a ser invadidos/tragados.
Asique nos vemos en relaciones donde algunas veces luchamos por mantener nuestro espacio vital y en otras por mantener a la pareja muy cerca.
Cuando esto ocurre en nuestras relaciones, es porque estamos reviviendo estos dramas infantiles por dos necesidades muy poderosas:
Queremos que el vínculo con nuestros padres sea sano, limpio y también queremos esa separación sana de ellos para ser individuos que es nuestro derecho de nacimiento.
Asique si nada de esto pudimos solucionarlo entonces, estamos reviviendo esta herida una y otra vez dándonos esa oportunidad de resolución.
Cuando nuestros padres no respondieron a nuestra necesidad de amor y cariño, podemos sentirnos avergonzados de nuestra exigencia al querer el apoyo emocional y una conexión profunda con nuestra pareja.
Y si nuestros padres no validaron nuestra necesidad de independencia, podemos sentirnos culpable y desafiantes porque queremos sentirnos independientes.
Esto hace que el amor hacia nosotros mismos sea condicional:
Solo me amaré si no necesito de nadie, o solo me amaré si soy complaciente.
Las personas con miedo al abandono suelen sentirse avergonzadas cuando desean la conexión con otro porque no creen que van a tener la respuesta que anhelan y anticipándose a la realidad reaccionan a su propio mundo interno y se vuelven demandantes, manipulativas, exigentes y críticas con sus parejas cuando éstas no hacen lo que ellos quieren, provocando que la pareja se aleje.
Para aquellas personas que tiene miedo a ser devoradas, a perder su individualidad, viven en conflicto interno entre ser independientes y su falta de autoconfianza en su propia autonomía. Así se protegen manteniendo a la pareja en la distancia, lo que también provoca que la pareja termine por alejarse.
Como vemos en ambos casos el miedo a la perdida se transforma en la profecía cumplida.
En conclusión: Tenemos claro que las relaciones reactivan antiguas heridas relacionadas con el vínculo, la intimidad, la relación, la proximidad, la libertad y el desapego.
Mientras mantengamos este trauma sin solucionar estos patrones seguirán controlando nuestras vidas.
¿Qué podemos hacer?
Lo primero reconocer donde estás. Esto ya en sí mismo es un gran paso. Es hora de usar tus conflictos externos para solucionar tus conflictos internos.
Y después sanar y liberar estas partes de dolor con el acompañamiento de un profesional con quien te sientas a salvo compartiendo las partes más vulnerables de ti.
Quiero se sepas que puedes utilizar cualquier problema con tu pareja o ex-pareja para re-descubrirte, para recrearte, empoderarte y solucionar estas partes tuyas para que el Amor vuelva a fluir con fuerza y sin miedo.
Una vez solucionado te aseguro que tu relación de pareja actual o la que está por comenzar, será una relación sana, amorosa, respetuosa y libre, donde podrás vivir la intimidad con plena confianza.