No existe la envidia sana.
La envidia es envidia, y cuando envidiamos a alguien nos sentimos enfadados por no tener lo que ella posee. Entonces se crea conflicto y agresividad en nuestro interior.
Algunas personas se sienten tristes porque su realidad no es la misma que la de la persona a la que envidian, pero bajo esos sentimientos aparentemente inocuos, que no hacen daño físico o moral, se esconde siempre algo más oscuro.
Deseamos que su negocio fracase, que a su taller no asistan personas, que su libro no se venda, que su matrimonio se rompa, que su coche pinche una rueda. Hablamos mal a su espalda, la juzgamos, criticamos, desvaloramos sus logros, su apariencia, su vida, etc.
Cuando envidiamos a otra persona le deseamos el mal, y en ese momento contribuimos a acrecentar la maldad en la humanidad.
Hacemos esto en un intento infantil de sentirnos mejor con nuestra realidad, pero ese sentimiento es efímero, desaparece en cuanto volvemos a ver los resultados que tenemos en nuestra vida presente, pero la envidia ya ha dejado el veneno en nuestra alma.
Si estás aquí, y te aseguro que todos hemos estado aquí en algún momento de nuestra vida, y eres una persona despierta, con conciencia, que quiere vivir su propósito superior, que quiere crear su propio destino a un nivel energético más elevado, que quiere dejar de participar en la maldad de la sociedad actual, voy a compartir contigo 3 pasos que te ayudarán a dejar este camino envenenado para avanzar por el camino de tu propósito superior.
Te haces adict@ a envidiar a otros y encontrar un grupo de apoyo que tambien se alimente de la envidia.
Que te falte autoestima es que te falte creer en ti. No creer en nosotras en vivir secuestradas por el victimismo. La mentalidad victimista se queja de todo, envidia todo, pero no quiere hacer esfuerzos, aprender nada nuevo, arriesgarse a que las cosas no salgan a su manera. Quiere que los demás fallen para ella no tener que esforzarse, porque si los demás son exitosos, la mentalidad victimista tiene que aceptar que SI se puede, y que ella tiene que cambiar todas sus estructuras mentales y conductuales.
La gente cree que nos comparamos con aquellas personas a las que envidiamos, pero la realidad es que te comparas contigo, con una imagen que tienes de ti , una imagen irreal, una imagen agrandada que está en discordancia con tu vida actual. Aceptar esto conlleva hacer un trabajo interno de limpieza, sanación y liberación de creencias, traumas y experiencias limitantes, recuerdos de eventos pasados, liberación de pactos familiares, entre otros.
Y este trabajo es parte de tu misión, de tu destino REAL, alineado con la realeza interior de tu Alma.
Hacerte libre de estas cadenas que te han tenido secuestrada durante mucho tiempo, aprender a ser Libre y Consciente para crearte el DESTINO QUE TE CORRESPONDE.
Agenda tu llamada gratuita para hacer tu transformación. Este es tu momento y esto puede ser tu bendición si haces algo con ello.
Cuando dejas de envidiar, recuperas toda esa energía que dejabas escapar y la puedes utilizar para tu propia autorrealización.
Déjame tus ideas en los comentarios. Comparte tu experiencia. O comparte esta entrada con aquella persona que sabes que les inspirará a hacer su transformación.
Cuando apoyamos el crecimiento de otros, el nuestro está siendo apoyado con energías potentes y amorosas. Ábrete a ellas.
Gracias!
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